
Georgina Gutierrez | Sobrepeso, mala higiene e impuntualidad
Kadarius Hopkins
10/12/20254 min read
Cuarenta minutos después de la hora acordada, tocan a la puerta de la habitación. Al abrir, me encuentro con Georgina, una doll venezolana madura, cerca de cuarenta años y vestida de negro en dos piezas, rostro maquillado. Entra y me saluda con un beso en la boca, camina por la habitación hasta sentarse en la cama y comenzar con una breve platica.
Se retira los tacones y el pantalón para quedar en un bodysuit negro ajustado… tan ajustado que prácticamente lo trae como faja, esos diez kilos de sobrepeso no se ocultan tan fácil (y me estoy viendo generoso). Me acerco a ella para intentar besarla, lo único que obtuve fue un ligero e insignificante beso de pico, así tal cual. Nada que ver con los “besos de amantes apasionados” que ofrece por WhatsApp; esta fue la primera de varias decepciones.
Me retiro el short, me recuesto en la cama y ella baja mis boxers, mi verga erecta espera conocer sus habilidades orales, ella toma mi verga y la mama lentamente, nada del otro mundo, permanece así por un par de minutos para luego tomar un condón, le pido continuar con el oral y ella responde que lo hará aunque no le “pagué completo” (pide $1,000 extra por el oral al natural, le ofrecí $500. Ni de puta madre vale la pena pagar el extra…) así que regresa para hacerlo por otros dos minutos. Mi verga se mantiene erecta, y la sensación de su boca allá abajo es casi imperceptible. Total que toma el condón de nuevo, me lo coloca y hacemos una vaquerita, mis manos la toman por sus aguadas nalgas y su panza arrastra en mi abdomen, digamos que lo más descente son sus tetas sobre mi rostro. Los siguientes cinco minutos fueron lo “mejor” del servicio: su boca sobre mis oídos pidiéndome más y más, de menos no tuve que verle la panza de nuevo. Luego pasamos a una vaquerita invertida, sus nalgas escurrían sobre mi pelvis, la verdad es que yo esperaba que de menos supiera mover la cadera, pero ni eso.
Cambiamos de posición, la pongo de perrito y aquí tuve la vista más placentera del servicio (por no decir, la más descente), acerco mi verga y comienzo a penetrarla, mis manos intentan tomarla por la cintura pero para ser honesto me costó trabajo encontrar dicha cintura entre tanta grasa corporal, como pude la sujeté y me la seguí cogiendo —total que el dinero y tiempo no iban a regresar— pero al paso de los pocos minutos me llegó un olor entre sudor y culo, así tal cual, no era tan fuerte pero teniendo esas pinches nalgotas aguadas, era obvio que mi gordita desprendería olores no tan agradables como consecuencia de la actividad cardiovascular, que para ser honesto fue muy poca. Ella me dijo que le echara la leche en sus nalgas, que era mi perrita y pendejadas así. Ante tanta vulgaridad, era imposible impedir que mi verga expulsara un abundante chorro de leche. La verdad me dolió tirar mis hijos en esa gordita, el dinero no fue mi problema, ese va y viene, pero mis abundantes chorros de esperma (consecuencia de una dieta rica en proteínas y alta actividad física) merecen ser regados en culo de mejor calidad. Es como comprar un auto de lujo y colocarle playeras de algún equipo de la Liga MX.
Doll: Georgina Gutierrez
Fecha: octubre 2025
Perfil: clic aquí
Contacto: 4424356407
Arancel: $3,000
Extras: oral natural $500
Lugar: V Motel Boutique
Actitud: 8
Imagen: 7
Puntualidad: 6
Cuerpo: 5
Oral: 5
Higiene: 5


Una vez que mis hijos nadaban en el Prudence que ella me había puesto, me dijo algo así como “Son tus hijos, son tu responsabilidad” haciendo alusión a que debía salir de ella y tener cuidado con el preservativo. Previo al servicio habíamos acordado que serían dos relaciones. Estimado lector, según lo narrado previamente, puedo afirmar que ni de puta broma pediría la segunda relación. En ese momento lo único que quería, era que se fuera para buscar otra pelada…
Permanecimos platicando por algunos minutos: en mi caso, aproveché para ir a la regadera y darme una ducha rápida; ella se lavó las manos, juntó su ropa y comenzó a vestirse, después pidió su taxi para salir de la habitación —Si, al siguiente servicio, confirmado—. Así sin bañarse, ni lavarse los dientes, solo un ligero retoque de maquillaje…
La prostitución en México goza de tal informalidad que puede ser el negocio perfecto para quienes la practican o se benefician de ella, esto debido a que promete infinidad de falacias y carece de posventa alguna para quienes pagan por el servicio. Nótese lo sucedido en esta reseña, donde quien ofrece el servicio es impuntual, no tiene el físico de las fotografías del anuncio, no cumple con el tipo de servicio que ofrece, ni con el tiempo acordado, etc.
Por otra parte, la susodicha afirma vender un servicio exclusivo cuyo precio está dirigido al segmento de “gustos finos y exigentes”. Solicita higiene por parte del cliente, pero en la habitación desprende olores desagradables y al termino del mismo solo se viste de nuevo.
En fin. Esta vez se agrega otro servicio a la lista negra. Un arancel alto para un servicio mediocre, eso sí, hasta con extras, no pueden faltar, claro. Evitemos este tipo de servicios.